Anteayer ideé una historia. Es muy buena. Sin ánimo de ser pretencioso podría decir que una de las mejores historias jamas ideadas. Pero me dió pereza y no la escribí. Al día siguiente recordé la historia. Me seguía pareciendo buena. Peró pensé que no había nadie digno de conocerla. Sería como dar turrón a un viejo desdentado. Hoy, por fin, he decidido comunicaros que la historia existe, pero jamás la contare. Es mi pequeña venganza. Mañana ya no recordaré ninguna historia; vosotros tampoco. Y ya no habrá diferencia entre lo contado y lo no, lo muerto y lo que no nació...
Buen microrrelato, Ramón.
ResponderEliminarCuantas historias, ideas, inventos... no llegan a ver nunca la luz por pereza o por no tener un papel y un boli en ese momento.
Muy bueno...demodelor.
ResponderEliminarEspero con impaciencia el siguiente relato.
Hola. Soy uno de tus personajes de esa historia no contada. Que sepas que me vengaré de tí no haciendo nada, para que sufras. A lo mejor, incluso, me cuelo en la historia de otro autor, para que veas el desperdicio... o mejor aún me reinvento en una muerte trágica y melodramática con fanfarria final y caida sublime de telón... Fin.
ResponderEliminar(... un abrazo, amigo...)
Michel