¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Es lo que tiene el capitalismo; nunca sabes cómo te va a sorprender. Y si no me creéis seguid leyendo...
Todo empezó como en muchas películas de terror catastrófico (solo que esta vez fue de verdad) con unos laboratorios de investigación genética desarrollando una vacuna, para un virus que previamente ellos habían fabricado. La vacuna parece funcionar y el virus está bajo control. Los inversores se están frotando las manos.
Pero pasa lo imprevisto (si no, no estaría contándoos esto): un individuo infectado escapa, se inicia el contagio en cadena, la vacuna falla y, en menos de quince días, más del noventa por ciento de la población se convierte en lo que calificaríamos como zombies.
Al principio cunde el pánico, y desgraciadamente muchos zombies son destruidos, pero luego, cuando los supervivientes no infectados consiguen una vacuna efectiva, todo cambia...
Un océano de oportunidades se abre para el emprendedor. Alguien ve las posibilidades y las aprovecha: ¡Yo! Al principio con rudimentarias ruedas parecidas a las de los hamsters; para producir electricidad. Luego para tareas más complejas. Sólo es cuestión de saber utilizar bien los cebos vivos.
Pronto otros me copian. En sólo unos meses ya hemos despejado y arreglado Nueva York y L.A. Con toda esta fuerza de trabajo a nuestra disposición habremos reconstruido el planeta en menos de 10 años.
Y aquí estoy yo, convertido en todo un empresario, un triunfador, con 1.000.000 de trabajadores a mi disposición; los mejores del mundo; unos que no hablan, no comen, no duermen, no tienen sindicato conocido, no descansan. Y yo como único beneficiario de todo su esfuerzo. Con todo un mundo cuasi deshabitado por conquistar junto a otros y otras como yo.
Por supuesto que no todos los supervivientes han tenido mi suerte. Empresarios somos unos pocos, apenas unos miles. La mayoría de los supervivientes son pobres, por supuesto. ¿Que sería de un sistema capitalista sin pobres? Nada. Además, necesitamos que alguien haga de cebo...
¡No me digáis que no es genial! ¡Bienvenidos a la era de The Working Dead!
Todo empezó como en muchas películas de terror catastrófico (solo que esta vez fue de verdad) con unos laboratorios de investigación genética desarrollando una vacuna, para un virus que previamente ellos habían fabricado. La vacuna parece funcionar y el virus está bajo control. Los inversores se están frotando las manos.
Pero pasa lo imprevisto (si no, no estaría contándoos esto): un individuo infectado escapa, se inicia el contagio en cadena, la vacuna falla y, en menos de quince días, más del noventa por ciento de la población se convierte en lo que calificaríamos como zombies.
Al principio cunde el pánico, y desgraciadamente muchos zombies son destruidos, pero luego, cuando los supervivientes no infectados consiguen una vacuna efectiva, todo cambia...
Un océano de oportunidades se abre para el emprendedor. Alguien ve las posibilidades y las aprovecha: ¡Yo! Al principio con rudimentarias ruedas parecidas a las de los hamsters; para producir electricidad. Luego para tareas más complejas. Sólo es cuestión de saber utilizar bien los cebos vivos.
Pronto otros me copian. En sólo unos meses ya hemos despejado y arreglado Nueva York y L.A. Con toda esta fuerza de trabajo a nuestra disposición habremos reconstruido el planeta en menos de 10 años.
Y aquí estoy yo, convertido en todo un empresario, un triunfador, con 1.000.000 de trabajadores a mi disposición; los mejores del mundo; unos que no hablan, no comen, no duermen, no tienen sindicato conocido, no descansan. Y yo como único beneficiario de todo su esfuerzo. Con todo un mundo cuasi deshabitado por conquistar junto a otros y otras como yo.
Por supuesto que no todos los supervivientes han tenido mi suerte. Empresarios somos unos pocos, apenas unos miles. La mayoría de los supervivientes son pobres, por supuesto. ¿Que sería de un sistema capitalista sin pobres? Nada. Además, necesitamos que alguien haga de cebo...
¡No me digáis que no es genial! ¡Bienvenidos a la era de The Working Dead!
Energía ilimitada y gratis.... qué más se puede pedir. Es mejor que la eolica o matrix.
ResponderEliminarGenial historia