Microrrelato - Conversaciones entre un banquero y su hijo (III): "Becarios".

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- ¡Emilín! ¡No des portazos al entrar! Sabes que no me gusta. A ver. ¿A qué viene ese mal humor? ¿Te han dado las notas? ¿No habrás bajado de sobresaliente de media? 
- Hola papá. No.
- ¿No qué? 
- No he bajado de sobresaliente.
- ¿Entonces?
- Un chico ha sacado mejores notas que yo.
- Bueno. ¿Y?
- Nunca le gano. Aunque estudie.
- ¿Y quién es ese?
- Pascual Pérez. Es un empollón. Y encima, también es mejor que yo jugando al fútbol; y al paddle; y al tenis; y...
- Ya veo hijo. Pero te tienes que acostumbrar a no ganar siempre, sólo casi siempre. Vamos a ver lo que puedo hacer. ¿Quién es su padre? ¿Pérez? Que apellido más vulgar.
- No se papá. Creo que su padre no tiene trabajo y por eso es becario. 
- ¡Becario! ¿Has dicho becario? No sé adónde vamos a llegar. No nos libramos de la gentuza ni en los colegios más exclusivos. ¡Hay que acabar con ese invento demoniaco!
 - ¿Que invento papá? 
- ¡Las becas por supuesto! Ya está bien de que un pobretón cualquiera le quite el mérito o la plaza a quien realmente lo merece. 
- ¿Y quién lo merece papá? 
- El que paga, por supuesto.
- Pero papá; si le echan de becario no podrá seguir en el colegio, y yo no quiero eso. ¡Yo quiero ganarlo! ¡Yo quiero ser más listo! ¡Y jugar mejor al fútbol que él! ¡Y...!
- Tú te callas y aprendes escuchándome. Sin beca ese Pascual nunca habría sido mejor que tú. ¡Nunca! A ti no te dan beca; a él sí. 
- Pero papá, yo no la necesito; tú puedes pagar el cole... 
- ¡Calla! No se trata de que lo necesites o no. Se trata de que a él le dan algo que a ti no. Y eso es hacer trampa. Tendría que ser lo mismo para los dos. Ese Pascual es un tramposo. ¡Y yo no soporto a los tramposos! 
- Visto así. Claro... si fuera un tramposo ya no me tendría que importar que me ganara... el muy becario. 
- Eso es hijo. Porque sabes que hace trampa el muy becario. Y no te preocupes más que se me ha ocurrido una cosa. 
- ¿Qué cosa papá? ¿Una sorpresa? 
- Sí. Una sorpresa para el año que viene... 
- Yo quiero saberla... yo quiero saberla... porfa... papi... 
- Esta bien. Te la diré si luego te vas a hacer los deberes y me dejas hacer unas llamadas. ¿Vale? 
- Vale. 
- Voy a hablar con una amiga mía para que seas el chico más listo de la clase siempre. A partir del año que viene, eso sí... 
- ¿Sí? ¿Y cómo lo harás? 
- Ya lo verás hijo, al año que viene...

 (Un año después)

- ¡Papá! ¡Papá! Que dicen en la tele que ya no va a haber becas...

2 comentarios:

  1. Tenemos pues lo que con necia votación merecemos y lo que es aun peor la complacencia y el mal hacer de quienes dicen ser aliados...

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