- ¡Emilín! ¡No des portazos al entrar! Sabes que no me gusta. A ver. ¿A qué viene ese mal humor? ¿Te han dado las notas? ¿No habrás bajado de sobresaliente de media?
- Hola
papá. No.
- ¿No
qué?
- No
he bajado de sobresaliente.
- ¿Entonces?
- Un
chico ha sacado mejores notas que yo.
- Bueno.
¿Y?
- Nunca
le gano. Aunque estudie.
- ¿Y
quién es ese?
- Pascual
Pérez. Es un empollón. Y encima, también es mejor que yo jugando
al fútbol; y al paddle; y al tenis; y...
- Ya
veo hijo. Pero te tienes que acostumbrar a no ganar siempre, sólo
casi siempre. Vamos a ver lo que puedo hacer. ¿Quién es su padre?
¿Pérez? Que apellido más vulgar.
- No
se papá. Creo que su padre no tiene trabajo y por eso es becario.
- ¡Becario!
¿Has dicho becario? No sé adónde vamos a llegar. No nos libramos
de la gentuza ni en los colegios más exclusivos. ¡Hay que acabar
con ese invento demoniaco!
- ¿Que
invento papá?
- ¡Las
becas por supuesto! Ya está bien de que un pobretón cualquiera le
quite el mérito o la plaza a quien realmente lo merece.
- ¿Y
quién lo merece papá?
- El
que paga, por supuesto.
- Pero
papá; si le echan de becario no podrá seguir en el colegio, y yo
no quiero eso. ¡Yo quiero ganarlo! ¡Yo quiero ser más listo! ¡Y
jugar mejor al fútbol que él! ¡Y...!
- Tú
te callas y aprendes escuchándome. Sin beca ese Pascual nunca
habría sido mejor que tú. ¡Nunca! A ti no te dan beca; a él sí. - Pero papá, yo no la necesito; tú puedes pagar el cole...
- ¡Calla! No se trata de que lo necesites o no. Se trata de que a él le dan algo que a ti no. Y eso es hacer trampa. Tendría que ser lo mismo para los dos. Ese Pascual es un tramposo. ¡Y yo no soporto a los tramposos!
- Visto así. Claro... si fuera un tramposo ya no me tendría que importar que me ganara... el muy becario.
- Eso es hijo. Porque sabes que hace trampa el muy becario. Y no te preocupes más que se me ha ocurrido una cosa.
- ¿Qué cosa papá? ¿Una sorpresa?
- Sí. Una sorpresa para el año que viene...
- Yo quiero saberla... yo quiero saberla... porfa... papi...
- Esta bien. Te la diré si luego te vas a hacer los deberes y me dejas hacer unas llamadas. ¿Vale?
- Vale.
- Voy a hablar con una amiga mía para que seas el chico más listo de la clase siempre. A partir del año que viene, eso sí...
- ¿Sí? ¿Y cómo lo harás?
- Ya lo verás hijo, al año que viene...
(Un año después)
- ¡Papá! ¡Papá! Que dicen en la tele que ya no va a haber becas...
Tenemos pues lo que con necia votación merecemos y lo que es aun peor la complacencia y el mal hacer de quienes dicen ser aliados...
ResponderEliminarTienes toda la razón. Es descorazonador...
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